El secreto de una shisha perfecta no está solo en el tabaco, sino en los carbones que la acompañan. Manejar bien el calor es la diferencia entre una fumada agradable y otra que resulta áspera o corta. La preparación es un ritual que, hecho con calma, se convierte en parte del disfrute.
Tipos de carbón
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Carbones naturales: hechos de cáscara de coco, duran más y no alteran el sabor. Son la elección favorita de los fumadores exigentes.
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Carbones autoencendidos: se prenden rápido, pero pueden aportar un ligero sabor adicional. Son prácticos para ocasiones improvisadas.
Cómo encenderlos
El carbón debe estar completamente al rojo antes de colocarlo en la cazoleta. Si queda a medio encender, liberará un humo áspero que estropea la experiencia. Muchos fumadores utilizan hornillos eléctricos o sopletes para acelerar este proceso y garantizar un encendido uniforme.
Distribución y control del calor
Colocar los carbones de forma equilibrada alrededor de la cazoleta evita que el tabaco se queme en exceso en el centro. Lo ideal es moverlos cada cierto tiempo y retirar los restos de ceniza. Un calor uniforme asegura que los aromas se liberen poco a poco, prolongando la sesión.
El ritual social
La shisha no es solo fumar: es compartir. Dominar la preparación de los carbones no solo mejora la experiencia personal, sino que convierte al anfitrión en alguien que sabe cuidar de sus invitados. Cada detalle cuenta, desde el encendido hasta el último soplo de humo.
En Entre puros y Tabaco sabemos que los fumadores de shisha disfrutan tanto del sabor como del ritual, por eso siempre destacamos la importancia de cuidar los carbones: son la base de una experiencia auténtica y agradable.
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